¡Qué importante es saber escuchar!

Escrito por el 5 - 10 - 2015 en blog | No hay comentarios

¡Qué importante es aprender a escuchar!

Todos hemos crecido con la directriz de que tratemos a los demás como nos gustaría ser tratad@s, y eso suena muy bien, pues no debemos aplicar a otras personas algo que no deseamos para nosotros.  Sin embargo, si aprendemos a escuchar las verdaderas necesidades de los demás, nos daremos cuenta de que a veces tendremos que apoyarles de un modo diferente a como nos gustaría que lo hicieran con nosotros. En estas ocasiones podríamos afirmar que “en vez de tratar a las personas como nos  gustaría ser tratad@s, debemos hacerlo como les gusta que las traten”; para esto es fundamental  escuchar de un modo atento y activo. Escuchar se convierte en una actividad básica para un buen entendimiento y para que la comunicación fluya cómoda y confortablemente.

Constantemente podemos comprobar como lo importante para nosotros, puede no ser lo importante para las personas que nos rodean, por eso, en lugar de suponer, suele ser mejor idea preguntar: ¿En qué te puedo ayudar?, y así evitaremos caer en la tentación de precipitarnos presuponiendo ideas que, aunque a nosotros nos encajen, pueden no ser demasiado afortunadas para la otra persona. De nuevo, poner énfasis en la escucha, nos ayudará a entender y nos irá dando pistas sobre cómo actuar.

A menudo comprobamos como, por ejemplo, en la relación de pareja, él le regala joyas y bolsos costosos, y ella se queja de que echa de menos un gesto de ternura, o pequeños detalles que no tienen nada que ver con gastar dinero. El sigue regalando, y ella sigue sintiendo la carencia… puede que hablen, pero parece que no se escuchan, o al menos, no tienen demasiado claro lo que realmente hace feliz al otro.

Quizás a veces el aceleramiento con el que vivimos entorpece nuestra capacidad de escucharnos a nosotr@s mism@s y eso nos lleva a ignorar también las necesidades que los demás tienen de ser escuchados. Es una excelente reflexión que puede llevarnos a practicar una actitud más abierta ante las necesidades de las personas que necesitan ayuda.

¿Qué podemos hacer para “escuchar”?

–          Practicar. No estamos acostumbrados a escuchar porque no lo hacemos a menudo, pero como cualquier hábito, podemos ejercitarlo para que poco a poco se vaya implantando en nuestra forma de comunicarnos. Podemos empezar hoy mismo, con cualquier persona.  En lugar de estar pensando en lo que vamos a responder, nos concentramos en la emoción, los gestos y las palabras de la persona que habla. Nuestra atención está puesta en la persona.

–          Actitud. La otra persona necesita ver en nuestra actitud que estamos interesad@s en lo que nos dice. Debemos emitir señales claras de que estamos atent@s, a través de nuestros gestos, postura, y, sobre todo, con la mirada. Escuchamos con nuestros oídos, pero nos conectamos con los ojos.

–          Formular preguntas. Una vez que la persona haya hablado, podemos hacer preguntas para estar segur@s de haber entendido bien sus palabras. Además de aclarar la comunicación, infunde confianza y aliento a la persona para que siga hablando, sintiéndose comprendida.

–          Abstenerse de críticas y juicios. La confianza se pierde cuando hay descalificaciones.

–          Evitar las distracciones. Apagar o silenciar el móvil, o cualquier otro dispositivo que pueda interrumpir o distraer la comunicación.

¡Empezamos a practicar!, la próxima vez, párate a escuchar cuál es la necesidad de a quien quieres apoyar y asegúrate de hacerlo del modo que él o ella desea.

“Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar”

 Winston Churchill

 

Pilar Crespo

Psicóloga en La Habitación Psicología

 

 

 

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