¿Quién no ha sufrido algún episodio de ansiedad alguna vez? Prácticamente, todos la hemos sentido en algún momento de nuestra vida, ya sea por una entrevista de trabajo, por sufrir fobia social, por una mala noticia o ante un simple examen. Hoy en día, todo el mundo sabe qué es la ansiedad, ya que es un concepto muy extendido dentro de nuestra sociedad. Sin embargo, a veces se confunde con otros síntomas de la propia personalidad, como la timidez, por ejemplo.

¿Sabías que existen diferentes tipos de ansiedad? Pues sí, en función del motivo que las genera. Existe la ansiedad por pánico, la generada por estrés postraumático… pero una de las más conocidas es la ansiedad generalizada, causante de muchas preocupaciones y de producir un gran malestar ante los diferentes escenarios de la vida cotidiana.

Lamentablemente la ansiedad generalizada está siempre lista para hacerse visible e interferir en el bienestar de la persona que la padece. Incluso es difícil de controlar si no se trata adecuadamente, y con el paso del tiempo suele volverse más severa. Un psicólogo nos puede ayudar a encontrar el origen de nuestra ansiedad y darnos las herramientas necesarias para superarla.

También existe la ansiedad social… una verdadera fobia social que muchas veces se confunde con la timidez. Surge justamente cuando la persona que la padece se expone a encuentros o lugares donde hay una gran cantidad de personas con las que debe interactuar. Los que padecen este tipo de ansiedad sienten un temor extremo a que la gente los observe, así como al propio hecho de relacionarse con esas personas. Pueden llegar a sufrir temblores o incluso hiperventilación.