Mariposas y Aguilas Imperiales – El mundo de la pareja

Escrito por el 29 - 09 - 2017 en blog | No hay comentarios

 

Hace tiempo que quería escribir sobre las relaciones de pareja por las quejas constantes que nos llegan a consulta. La mayoría, quejas repetidas, que responden a una misma dinámica de razonamientos.

A ver como consigo explicarme sin liarme mucho.

Las mariposas en el estómago son agradables, nos mantienen en un estado de enamoramiento que altera las percepciones y casi podemos sentir que flotamos entre ilusiones, expectativas, y emociones que nos desbordan.

La pregunta sería:

¿Es amor hacia la otra persona?

¿O es amor hacia lo que te hace sentir?

Cuando hablamos de amor, nos llenamos la boca de una palabra grande. Y una palabra grande no debería quedarse en un concepto pequeño, ¿no os parece?

Cuando buscas sentir las mariposas constantemente, te quedas en esa primera fase de enamoramiento que precede al amor grande.

Y en esa dinámica, puedes pasarte la vida en primeras fases que te impiden conocer el amor completo. Si ese es tu objetivo, vas bien.

Pero si te interesa construir una relación plena, pasarás a la siguiente etapa donde experimentarás que  el  amor es un proceso, y los procesos son activos y se van construyendo día a día.

Las relaciones de pareja no son una excepción, evolucionan y se consolidan cuando realmente las dos partes se conocen lo suficiente como para saber si pueden caminar juntos.

Y caminar juntos implica salvar obstáculos, flexibilidad, respeto, confianza, reconocimiento mutuo y sobre todo, creatividad.

Mucha creatividad.

Y los revoloteos concentrados en las primeras sensaciones se van convirtiendo en vuelos más altos. Esos vuelos que te permiten verlo todo con perspectivas diferentes.

Pero seguimos empeñados en sentir las mariposas.

Es como si un bebé se empeñara en gatear constantemente, sin darse la oportunidad de explorar de otra manera.

Si la cosa no fluye, si no hay posibilidad de entendimiento, si las distancias son insalvables, puede que lo mejor para los dos sea seguir cada uno por separado, estamos de acuerdo.

Pero si la queja es que la rutina y los problemas diarios se van instalando cada vez con más fuerza y eso os hace añorar las mariposas pensando que van desapareciendo esas sensaciones, y el amor agoniza; estáis olvidando que sois los creadores de la relación

Toca recuperar sensaciones.

Toca jugar a sorprender.

Toca recordar momentos “mágicos”

Y sobre todo, toca imaginar qué tipo de relación os merecéis los dos.

Una pista: la palabra “reconocimiento” es pura potencia para la armonía y la conexión sincera.

Sentir que la otra parte reconoce y valora lo que haces.

Hacer que también ella se sienta reconocida. ¡El combustible perfecto para las relaciones sanas y equilibradas!

Tampoco quiero que se me olvide el sentido del humor, lo importante que es compartir unas risas.

¿Qué no hay sonrisas  en tu relación?

¡Crea las situaciones propicias y construye sonrisas!

Nadie dice que sea fácil

¡Pero es tan gratificante si lo consigues!

¿Mariposas?

Un SI rotundo

Pero de los revoloteos efervescentes derivan otros vuelos.

Y si no es así, te quedarás en los revuelos inconclusos. Es tu elección.

Se me antoja imaginar que los altos vuelos son los que de verdad permiten otear el horizonte.

Como las águilas imperiales que disfrutan los privilegios de las alturas.

Si lo que cuesta es pasar a la acción, porque el problema se ha enquistado durante demasiado tiempo, pedir ayuda es el primer paso para el cambio.

Y ya luego, vendrán los siguientes pasos.

Estarás en marcha.

 

Pilar Crespo

Psicóloga en La Habitación Psicología

 

 

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