¿Cómo nos relacionamos?

Escrito por el 26 - 10 - 2015 en blog | No hay comentarios

Somos testigos en innumerables ocasiones de la importancia que tiene el trato que recibimos, a la hora de tomar decisiones. Sin ir más lejos, a veces simplemente unas palabras amables y una sonrisa oportuna, pueden determinar que llevemos a cabo una acción tan cotidiana como el hacer la compra, en un establecimiento o en otro.

Es curioso comprobar como a medida que se “agrandan” las superficies, se “alargan” también las distancias en nuestras relaciones. Podría ser motivo de reflexión, ¿no os parece?  No queremos hacer una apología del pequeño comercio, pero tampoco deberíamos resignarnos a perder la cercanía y las ventajas que nos ofrece un trato personalizado, más aun cuando comprobamos que las realidades van cambiando y que se impone una buena adaptación a las nuevas situaciones.

Existe un pensamiento que dice que muchos de los éxitos en la vida dependen de cómo un@ sepa tratar a los demás…

Con frecuencia olvidamos que todo aquello que encontramos agradable en los demás, como ese simple comentario que puede amenizarnos la mañana cuando alguien nos dice “me alegro mucho de verte”, un gesto de cercanía, o ese guiño amable que acompaña a un tono de voz templado, puede marcar la diferencia a la hora de entablar relaciones con calidad y “calidez humana”. Y todo eso que nos hace sentir tan bien, es justo lo que nosotros podemos poner en práctica para que también los demás se sientan bien tratad@s.

Podemos hacer un ejercicio de observación para darnos cuenta de las cualidades que poseen ciertas personas para gestionar sus relaciones interpersonales de un modo agradable y, una vez identificadas esas cualidades, cultivarlas y practicarlas para que se conviertan en algo cada vez más espontáneo y natural.

Empezar por observar nuestras relaciones en familia, o en nuestro propio hogar podría ser un buen comienzo, ya que, en toda relación humana subyace un aprendizaje en el entorno más cercano. Podemos darnos cuenta, por ejemplo, de que dependiendo de nuestra forma de abordar un tema o realizar una simple pregunta, recibiremos un tipo de respuesta u otra. Para la convivencia pacífica y amable en el hogar, es necesario el buen trato y que todos sus miembros se sientan respetados.

En el ámbito laboral también las buenas acciones y los modales adecuados, fomentan el respeto entre compañeros y enriquecen las relaciones, llegando incluso a notarse en la productividad.

En el trabajo, el hogar y la actividad social, se hace estrictamente necesario la ecuanimidad, el respeto y la tolerancia, ya que, quien no puede ejercitarla, sufre invariables choques y lamentables pérdidas, y seguramente se convertirá en una persona mal calificada por sus constantes desencuentros, riñas y disgustos.

A veces, observamos con desánimo como nadie quiere entablar una amistad duradera con nosotr@s, habría que “investigar” sobre cómo nos ven los demás, y, sobre todo, qué es lo que hacemos para conseguir no relacionarnos adecuadamente. No olvidemos que es más fácil notar un vicio, que reconocer una virtud.

Lo mejor de todo, es que al practicar el buen trato, también lo promovemos. ¡El efecto es multiplicador!

 

“La forma en que ves a la gente es la forma en la que las tratas, y la forma en la que las tratas es en lo que se convierten”

Johann Wolfgang von Goethe.

 

Pilar Crespo

Psicóloga en La Habitación Psicología

 

Deja una respuesta